La evolución del niño: etapas de la infancia

 

La evolución del niño: Etapas de la infancia


Tradicionalmente se suele entender a la infancia como una etapa cronológica simplemente como un periodo de tiempo posterior al nacimiento y anterior a la adolescencia, y pese a que lo es se suele dejar de lado el hecho de que más que un periodo de tiempo se trata de una etapa crucial que define el desarrollo integral de cada individuo. Durante esta fase, los niños no solo experimentan un crecimiento físico y cognitivo, sino que también comienzan a construir las bases de lo que se terminara convirtiendo en su persona, por lo que es de suma importancia conocer este periodo y sus principales características. El día de hoy buscaremos explicar a profundidad el concepto de infancia y tratar de definir cuáles son las etapas que la conforman. 

¿Qué es la infancia?

Fuente: Muxed, 2024.

La infancia se entiende como un fenómeno individual, como una etapa particular en la vida de cada sujeto que se inicia con el nacimiento y culmina alrededor de los 12 años (cuando se entra a la adolescencia), es el período de crecimiento y desarrollo del cual depende la evolución posterior del hombre, tanto a nivel motor, como cognitivo, social y afectivo. 

Lactancia y Primera Infancia

La lactancia es una etapa sumamente importante en el desarrollo del infante. Se inicia al momento del nacimiento y termina cuando el niño comienza a caminar y a hilar palabras unas con otras (dos sucesos que, de manera típica, ocurren entre los 12 y 18 meses de edad); durante este tiempo él bebe depende de la leche materna.

La lactancia es un elemento muy importante en esta fase del crecimiento, ya que proporciona tanto alimento como un canal de comunicación con la madre que permite que se estrechen lazos afectivos. El psicoanalista Erick Erikson planteaba en su teoría psicosocial que él bebe experimentaba durante este periodo una crisis de la se desarrollaría una confianza básica o en el caso contrario una desconfianza básica. Erikson afirmaba que el infante necesita recibir cuidados, atención y afecto al tiempo que le son satisfechas sus necesidades y en caso de que eso no pase primará en él un sentimiento de desconfianza.

Fuente: Instituto Europeo de la Salud Mental Perinatal, 2016.


El amamantar tiene sus beneficios para él bebe, por ejemplo: se pueden llegar a evitar enfermedades e infecciones como diarrea, infecciones respiratorias, otitis media (infección del oído medio), además de reducir el riesgo de llegar a padecer muerte posneonatal (aquella que ocurre entre los 28 días y el primer año de edad). Los beneficios no solo se limitan al lactante, la madre que amamanta tiene menos sangrados posparto, una recuperación física más acelerada y un retorno más rápido a su peso anterior, y eso no es todo, puesto que después de la menopausia, corre menos riesgo de cáncer de mama y de cáncer ovárico.


Para tener en cuenta...

La Sección de amamantamiento (2005) de la American Academy of Pediatrics recomienda que se amamante a los bebés de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida y que, en caso de no poderse efectuar, la única alternativa aceptable sería una fórmula fortificada con hierro basada ya sea en leche de vaca o de proteína de soya y que contenga suplementos vitamínicos y minerales. 

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La primera infancia dura desde cerca de los 18 meses y hasta los 36 meses de edad, un periodo en que los niños se vuelven más comunicativos, independientes y capaces de moverse de un lugar a otro. La primera infancia, además de caracterizarse por el prolongado período de juegos también implica cambios rápidos y espectaculares si se lo compara con el resto de la vida del individuo, en específico en aspectos sustanciales en el crecimiento como habilidades y el desarrollo motriz del infante. 

Los niños crecen con mayor velocidad durante estos primeros 3 años de vida, pero más en específico durante sus primeros meses de vida, en comparación con el ritmo que tendrán el resto de sus vidas. De manera general a la edad de cinco meses, el peso de un bebé promedio se habrá duplicado para llegar aproximadamente a los siete kg. Para el primer año, el peso del bebé se habrá triplicado hasta llegar a los 10 kg. Aunque este ritmo en el aumento de peso se reduce durante el segundo año, sigue en ascenso. Al final de su segundo año, el niño promedio pesa cerca de cuatro veces lo que pesó al nacer. 

El aumento de peso también va de la mano con la estatura. Para el final del primer año, el bebé promedio habrá crecido casi 30 cm y medirá aproximadamente 75 cm. Para su segundo cumpleaños, los niños promedio miden alrededor de 90 cm.

El crecimiento reflejado en la estatura y el peso (Fuente: Cratty, 1979)


El formidable crecimiento mental que caracteriza al niño de 0 a 2 años les permite desplegar (poco a poco) capacidades para aculturarse, discernir el mundo que los rodea, tomar conciencia de sí mismos, hablar y comunicarse simbólicamente con los demás. Con sólo 18 a 24 meses de vida, el bebé habrá aprendido a hablar, andar, reconocerse como sujeto e incorporará el sistema simbólico de su cultura. 

Hace tiempo, el psicólogo suizo Jean Piaget propuso su teoría sobre el desarrollo cognitivo para ayudar a entender cómo es que los infantes van incorporando conocimientos nuevos y de acuerdo con la teoría de Piaget, en esta primeria infancia se presentaría el periodo sensoriomotor, en donde los bebés aprenden a cerca de sí mismos y de su mundo a través de su actividad sensorial y motora en desarrollo, pasando de ser criaturas que responden principalmente a través de reflejos y comportamientos casuales para convertirse en niños orientados en sus objetivos. 

Dentro del periodo sensoriomotor ocurren muchos hitos claves en el desarrollo cognitivo del infante como la permanencia del objeto (la comprensión de que los objetos continúan existiendo incluso cuando no se pueden ver, oír o tocar). En la siguiente imagen se ilustran algunos de los hitos de este periodo.

Hitos del desarrollo motor en primera infancia (Fuente: Feldman, 2008)



Ligado a este aspecto cognitivo, en esta etapa el pensamiento es fundamentalmente egocéntrico en el sentido de que cuesta mucho imaginarse lo que piensan o creen los demás.


Fuente: El desarrollo de la primera infancia (Pollywog).


Aquí ya se empieza a controlar el uso del lenguaje propiamente dicho, aunque al principio es un lenguaje telegráfico con palabras sueltas y más tarde se gana la capacidad de formular frases simples con incorrecciones como la generalización (llamar "gato" a un perro porque son del mismo tamaño y andan a 4 patas, por ejemplo).

En cuanto a los cambios físicos, el tamaño del torso y de las extremidades sigue creciendo, y la diferencia de tamaño entre la cabeza y el resto del cuerpo se reduce, aunque este desarrollo es más lento que en las etapas anteriores. 

Segunda Infancia


Fuente: Club Familias, 2023.

La Segunda Infancia también conocida como edad preescolar, abarca desde los 3 hasta los primeros 6 años de vida del niño. Como su nombre lo indica, es en esta etapa en que se da el ingreso a la escuela previo a la escolarización formal (primaria), por lo que es aquí donde se comenzará un período de independencia y 
autonomía infantil ligado a aspectos biológicos, psicológicos y sociales, como lo son procesos como lo son la marcha, el control de esfínteres, el inicio de su tipificación sexual y la adquisición de un lenguaje más estructurado que permitirá ayudar a hacer el tránsito de la condición de bebé a la de niño. 

Los niños crecen rápidamente entre los tres y seis años de edad, pero con menor velocidad que en la lactancia y primera infancia, además de que comienzan a adquirir una apariencia más delgada.




En este periodo ocurre un proceso conocido como mielinización, la cual consiste en que la cantidad de mielina (el protector aislante que rodea parte de las neuronas) se incrementa, lo que hace posible el rápido desarrollo de habilidades como un rápido aprendizaje y la creación de conceptos más abstractos a partir de la combinación de ideas de muchos tipos. 

En la teoría de Piaget, es en esta etapa en la que los niños se sofistican más en su uso de pensamiento simbólico, pero sin poder utilizar aún la lógica; también resalta también el uso del juego simbólico como parte importante, el cual consiste en que el niño imite un rol adulto o a la conducta de un animal. La “interpretación” de los personajes permite al niño experimentar el mundo “como si fuera un adulto", lo que ayuda al niño en su adaptación social y a la adquisición de posteriores conductas regladas propias de etapas posteriores. 


Fuente: iStock.

En lo referente a la diferenciación sexual y de género, es bien sabido que esta comienza desde el nacimiento, pero no es hasta los 3 años (aproximadamente) que están conscientes de su cuerpo y de las diferencias entre los sexos y comienzan a mostrar curiosidad sobre el sexo anatómico. Coincidiendo con la toma de consciencia de su sexo, la sociedad comienza a aplicar roles de género en los infantes con base a su genitalidad: varones tienden más que las niñas a los juegos bruscos, las madres comienzan a hablar más con las niñas que con los niños, las niñas comienzan a jugar con muñecas y los niños con pistolas.

Fuente: Tecnológico de Monterrey, 2020.

Como se comentó con anterioridad, durante esta etapa el niño va a avanzar mucho en el lenguaje, pero también lo hará en la motricidad fina (movimientos más precisos que involucran los músculos de las manos, los dedos y las muñecas) y gruesa (movimientos que implican grandes grupos musculares que permiten realizar actividades que requieren fuerza y equilibrio).

A continuación, se mostrarán algunos de los hitos del desarrollo que un infante podría desarrollar en esta etapa.


Hitos del desarrollo motor 2-3 años
Hitos del desarrollo motor 3-4 años
Hitos del desarrollo motor 5-6 años




Tercera Infancia

La tercera infancia, es la última etapa correspondiente a la infancia y abarca desde los 6 hasta los 12 años de edad, coincidiendo el inicio con el ingreso a la educación de nivel básico y el final con el comienzo de la pubertad y de la adolescencia. Esta es una etapa conocida por contar con más "estabilidad", en comparación con las etapas anteriores y con la posterior adolescencia ya que aquí el crecimiento desacelera su velocidad y los cambios presentados son menos bruscos.





En cuanto a las habilidades mentales, se aprecia que estas cambian mayormente por el ingreso a la escuela. El pensamiento egocéntrico se deja de lado y se comienza a adoptar un realismo objetivo, debido a que el mundo externo y su entorno de pares cobran importancia frente a la familia. De acuerdo con la teoría de Erikson, el menor estaría en la etapa de industria (la capacidad de resolver problemas por sí solo) versus inferioridad (la sensación de no estar a la altura de los demás) porque es el tiempo en que la mayor parte de los menores empezaran a interactuar de manera más autónoma con su ambiente, entonces podría recomendarse brindarle al menor el apoyo durante este tiempo. 

Siguiendo con los teóricos, Piaget planteaba que a los 7 años ocurre el cambio (gradual) de la etapa preoperacional a la operacional. La etapa operacional es caracterizada porque los niños empiezan a usar la lógica para razonar y resolver problemas, lo cual se puede ver ejemplificado en varias maneras, por ejemplo:

  • Desarrollan habilidades para apreciar relaciones seriales (que son esenciales para las matemáticas) 
  • Se vuelven capaces de establecer categorías y organizarlas jerárquicamente.
  • Su pensamiento se vuelve concreto organizado y lógico, por lo que comienzan a pensar en términos abstractos (como las metáforas en redacción u operaciones en matemáticas)
Debido al cambio a un pensamiento más operacional, se podrá apreciar que los infantes entran a una etapa conocida coloquialmente como la de "¿Por qué?" ya que comienza a preguntar y buscar respuestas basadas en argumentos racionales y objetivos.




Durante este tiempo se presenta una mejora importante en las habilidades motrices finas se ven reflejadas en que los niños se vuelven capaces de escribir en cursiva con pluma o lápiz, hacer dibujos más detallados, anudarse las cintas de sus zapatos y abrochar botones hasta que a los 12 años se vuelven tan hábiles a la hora de manipular objetos con tanta destreza como la que tendrán en la adultez. En la siguiente imagen se mostrarán algunas de las habilidades motrices gruesas que se desarrollan en este periodo.

Habilidades motrices gruesas de la tercera infancia (Fuente: Cratty, 1979)

Debido a la coordinación y la creciente capacidad para seguir instrucciones, los infantes comienzan a interesarse en a jugar juegos con reglas, algunos se unen a deportes organizados dirigidos por adultos como béisbol, fútbol o básquetbol.


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